Desde el coaching ontológico, proponemos una mirada transformadora: la realidad no es lo que pasa, sino cómo interpretamos lo que pasa.
Los hechos existen, sí. Son concretos. Pero lo que verdaderamente nos impacta no es el hecho en sí, sino la historia que construimos sobre él. Esa historia surge de nuestro modelo mental: creencias, valores, juicios, experiencias, miedos y sueños. Y acá viene lo potente: si puedo cambiar mi interpretación, puedo cambiar mi realidad.
Esto nos devuelve el poder. Nos deja de víctimas y nos posiciona como protagonistas. Porque si interpreto distinto, actúo distinto. Y si actúo distinto, creo un resultado distinto.
Mirá este ejemplo clásico:

Dos personas ven el mismo número en el piso. Una dice que es un 6. La otra, que es un 9. ¿Quién tiene razón? ¡Ambas! Solo que están mirando desde lugares diferentes. Ahora… ¿qué pasaría si una se animara a ponerse en el lugar de la otra? Seguro descubriría otra forma de ver lo mismo. Y esa apertura puede cambiarlo todo.
Por eso, en lugar de imponer tu verdad, empezá a validar la del otro. Cada uno interpreta desde su historia, su mochila, su punto de vista.
Como dice Richard Bandler:
“Tus creencias no están hechas de realidades, sino que tu realidad está hecha de tus creencias.”
Cambiar tus interpretaciones es cambiar tus posibilidades.
No es magia. Es conciencia. Es decisión.
Probalo hoy, en algo simple. En lo cotidiano.
Y contame…
¿Qué realidad estás dispuesto a reinventar hoy?